Su segundo sueño fue ser un violista profesional. Miles y miles de violines poblaban su carpeta de quinceañero. Tras varias clases infructuosas y unos comentarios bastante negativos sobre su dudosa capacidad auditiva y su nefasto sentido del ritmo, decidió abandonar su segundo sueño -mucho más breve que el primero, pero más intenso- , no sin antes pedir opinión sincera a su compañero. Philippe (de origen francés, adicto a los caramelos de coca-cola, con más de 25 pecas en su cara -de las que él mismo se sentía orgulloso- y que también tocaba el violín -aunque éste con gran talento-) juró, con la mano en alto, decir la verdad:
- En tu violín, las notas se asesinan entre sí.
Mensaje sincero y directo -sin recovecos- que llegó al corazón de Bruno -sin hacer parada-. En ese mismo momento decidió (y cuya decisión le acompañaría toda su vida) que su futuro lo dejaría en manos del destino.
8 comentarios:
me gusta.. solo diré eso.. tengo ganas de seguirlo :D
Un sueño frustrado?
Como muchos otros...
Esas cosas son las que nos
hacen madurar.
Unbesoo!!
David.
jeje, es buena esta historia. me gusta. continua escribiéndola, a ver como desemboca.
un beso.
A veces las cosas no suceden como las planeamos y nos frustramos, pero si pasan es por algo, me gusta pensar que por que algo mejor nos aguarda, me quedo sobretodo con la última frases, como siempre, genial leerte. Un besotee.
Fue sólo un sueño que se hizo realidad pero no debes dejar de soñar, es lo bello de la vida, soñar , soñar y soñar. Algunos serán realidad, no lo dudes. Muy bien contado, con estilo. Felicitaciones>!!
léase: que no se hizo realidad
Muchas, muchas gracias a todos. Me alegra un montón que os guste :D
Besitos de color púrpura para todos.
Pobre Bruno... sueños frustrados uno detrás de otro. Pero que es la vida sino eso, una constante busqueda de sueños...
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