17 de marzo de 2013

Mi pequeña timonel


Le encantaba surcar los mares en su barquito de papel, aunque era miedosa como la que más. Se aferraba a los dobleces con las dos manos, que acababan enrojeciendo, para que la corriente no le hiciera perder el equilibrio.

En ocasiones, el fuerte oleaje hacía que se tambaleara toda ella y tenía que ejercer de timonel, calzando su traje de pirata y su sombrero de corsario. En esos momentos, el agua salpicaba su cara y las gotas se confundían con las pecas de sus mejillas, pareciendo aún más chiquilla de lo que en realidad era.

A mí me gustaba observarla desde el camarote, oír su alegre risa entre la ventisca, contemplar cómo su delgado cuerpecito luchaba por dominar un barco destinado a naufragar y que solo ella sabía mantener a flote.

Cuando el temporal amainaba, la cogía en mis brazos y la llevaba a su cama donde la cubría con una toalla y secaba mechón por mechón su cabello empapado; le preparaba ropa seca y un buen tazón de leche que calentara sus huesos. Ella sonreía y se dejaba cuidar, feliz de haber conseguido librar otra batalla.

Mi pequeña se atrevía con todo, incluso a soltar el timón, a riesgo de caer en alta mar, porque sabía que yo, hasta en las peores tempestades, sería su salvavidas.






Este relato tiene dueño y, aunque no me gusta regalar cuentos, con él hice una excepción y ahora le pertenece. Es un gran amigo que me ayudó (y aguantó) cuando más lo necesitaba. Gracias de nuevo  :)

 

7 comentarios:

Charly Hell dijo...

Un mini relato bien bonito. Te ha quedado muy bien. Felicidades.

Me alegro que estés de vuelta.

Un beso.

Iréz dijo...

Rebienvenida.

Es bonito saber que tienes un salvavidas pase lo que pase :)

ele* dijo...

hola! que alegría volverte a encontrar! ahora me he puesto a revisar tu blog, y todas las entradas me salen del 3 de marzo, no se si es un error o qué! pero bienvenida de nuevo! Sigue la historia de bruno y amaranta?

un abrazo!

Mery Coda dijo...

Me alegra saber que tu barco a echado el ancla aquí, de nuevo, y que las valientes y los salvavidas existen aún.

(sonrisa de elefante)

carolina dijo...

Mi niña que bonito escribes; tan grande tu corazón que no cabe más sentimiento y lo mandas a flote
Animo!!!y ojala algún día lea un libro tuyo
Te quiere tu hermana

La niña que escribió un sueño dijo...

Muchas gracias por la bienveida y por vuestras palabras :)



Carol, ojalá :) . Te quiero :*

Charly Hell dijo...

Coincido plenamente con lo de la sonoridad del checoslovaco. Hace no mucho publiqué la crítica de otra peli del mismo país y más o menos la misma Época, llamada Valerie y su semana de las maravillas (cuyo visionado recomiendo) la cual la vi en VOS y me encantó cómo hablaban, y sobre todo el nombre de uno de los personajes Orlik y su manera de pronunciarlo.

Un beso muy grande.