3 de marzo de 2013

Sueños I

Bruno nunca tuvo muy claro su futuro, esa es la verdad. Mientras los niños de su escuela querían ser futbolitas y astronautas, él quería ser domador de leones. Pintaba y pintaba leones con gran melena. Cuando cumplió siete años, su padre le llevó a cumplir su sueño: ir al zoológico a ver un león de verdad, un león de carne, melena y hueso.

Su primer sueño se derritió como un polo de fresa cuando el león se le acercó -con gran melena, pero malas pulgas- y le rugió ferozmente, mostrándole su espléndida dentadura. Este gesto tan poco amistoso hizo que Bruno temblara como un flan y que su visita al zoo terminara justo en esa jaula, al igual que su sueño.

4 comentarios:

David dijo...

Como nos duele ver como son
realmente las cosas...
Pobre Bruno el susto que se daría. Jajaja
Un besoo!!
David.

Anónimo dijo...

Ya estoy aquí, pobrecito, que susto, pero bueno, luego vendrían nuevos sueños (: Que graciosa la foto, bonito peluche. Un besote.

La niña que escribió un sueño dijo...

Gracias a los dos :)

Unknown dijo...

Los sueños es lo que tienen. No siempre son como la realidad. Por eso son sueños.