2 de abril de 2013

Agosto de 1944


Decían que el abuelo de Quique era el mejor contador de historias del mundo. A mí me daba algo de miedo asistir a sus recitales por la forma en que me miraba cuando nos cruzábamos por la calle. Sentía que sabía más de mí que cualquier otra persona y eso me aterraba.

Un día me armé de valor y, de la mano de mi amigo, subí la colina hasta el caserón de su abuelo. Me senté en el suelo de la sala de estar, junto a otros muchachos, y esperé a que el anciano se aclarara la garganta y comenzara a narrar:

La conocí una tarde de agosto del año 1944 en el parque de los abedules. Tenía la sonrisa más bonita que yo había visto jamás y apenas tardé unos segundos en enamorarme de ella.


No sé en qué momento supe que una vez yo fui aquella mujer.


5 comentarios:

Charly Hell dijo...

Que bonito!!

<3

Charly Hell dijo...

Pd. Podías quitar lo de poner la captcha para comentar ;)

ele* dijo...

Que bonito! Ojalá sea aquella mujer!

Niniel dijo...

¡¡Que bonito escribes!!
¡¡Dejas con ganas de continuar leyendo la historia!!

Charly Hell dijo...

Solucionado lo del link 21 gramos, gracias por el aviso, no me había dado cuenta >.<

Kikuchi... ese apellido suena a peluche suave :p

Besillos.